Durante el último año de vida de un paciente terminal, la mayor parte del tiempo, permanece en su domicilio, ya que es ahí donde prefieren fallecer todas las personas, en su hogar, el lugar donde han vivido toda su vida, y no en un frío hospital. Por otro lado, el cuidado en casa es mucho más delicado, menos duro para el paciente. Pero para poder cuidar a un enfermo terminal en condiciones, hay ciertas cosas que hay que tener en cuenta. En primer lugar hay que tener tiempo, dinero, ayuda de la familia, conocimientos acerca de la enfermedad y ganas de hacerlo. Las personas que cuidan de sus familiares enfermos suelen ver aumentados sus niveles de estrés. Es muy importante gestionarlo, porque sino, en lugar de una persona enferma, habrá dos.
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