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El fin de los motores diésel está cada vez más cerca

Hace dos años nos levantamos con el dieselgate, una situación que hizo que la uve doble de Volkswagen diese la vuelta varias veces, provocando caídas en bolsa, demandas judiciales reclamando cantidades y sobre todo la sensación de que el diésel estaba en peligro debido a las altas emisiones.

No es ninguna novedad el hecho de que estamos destruyendo el planeta, es decir, son numerosos los indicios que nos muestran que año a año los niveles de agua suben, el tiempo cada vez es más inestable e impredecible, y las especies marinas se encuentran en muchos casos desubicadas por la subida de las temperaturas.

En las ciudades grandes, como Londres, Madrid o Pekín, la contaminación es algo con lo que se vive todos los días, dejando tras de si una estela de problemas de salud tanto en los más pequeños como en adultos, que amenaza con crear problemas de salud degenerativos desde edades tempranas, lo cuál es realmente un problema que debemos afrontar.

Esta contaminación en las ciudades se le conoce con el nombre de “boina” por la característica forma redondeada con bordes que suele generar la contaminación, que principalmente procede de los vehículos a combustión. Esta situación se está intentando solucionar mediante políticas que restringen el uso de los vehículos a combustión cuando se dan ciertas condiciones medioambientales, como son los altos niveles de dióxido de carbono que se detectan a lo largo de la ciudad. En Madrid y en Barcelona son famosas las restricciones para entrar al centro de la ciudad cuando estamos en esta situación.

A esto hay que añadirle que no todos los coches contaminan igual, ya que los diferentes motores generan diferentes niveles de humo, y esto es algo cada vez relevante a la hora de elegir un vehículo hoy en día. Pero esto no ha sido así siempre, sobre todo en España, donde el motor diésel es bastante popular entre el parque de vehículos activos por sus características.

Pero hace unos meses, concretamente en julio, la ministra para la Transición Ecológica Dña. Teresa Ribera, anunció una serie de medidas que prácticamente mataban al motor diésel. Esto ha supuesto un revuelo para los ciudadanos y las empresas con vehículos con motor diésel, sobre todo por el aumento del precio de la gasolina.

A quién afecta, y cómo afectará las medidas del Gobierno

En primer lugar, hay que quitar el miedo de momento a aquellos propietarios de vehículos diésel que piensen que la prohibición de circular está próxima, porque no es así. No se habla de una prohibición ni se ha especificado una fecha para la misma (como si se ha hecho en Alemania), aunque no se descarta a medio plazo.

Dicho esto, como podemos imaginar los mayores afectados van a ser las empresas de transporte, que son los que más se aprovechan de este tipo de motores por el fácil mantenimiento, y el hasta ahora precio del combustible. Las empresas de transporte, o incluso pymes, que posean furgonetas, camiones o turismos con los que se realicen muchos kilómetros están en el punto de mira de las medidas.

Esto puede perjudicar en gran medida a las empresas de transporte internacional, y es que el precio del combustible puede hacer que las tarifas de servicio varíen. Transportes Cars es una empresa de transporte de coches internacional especializada en el transporte nacional e internacional que ofrece sus servicios tanto para pymes, autónomos y grandes empresas como para particulares, con más de diez años de experiencia que le sitúan como un referente a nivel nacional e internacional.

Con todo, tenemos que remarcar la importancia de la edad del vehículo diesel, que hace que el motor contamine más o menos. En el caso del diésel no se ha hablado de distinciones, pero los motores diésel modernos emiten un porcentaje mínimamente superior respecto a los motores de gasolina. Estos motores son aquellos que cumplen con la normativa Euro 6, vigente desde 2015.

Respecto a cómo va a afectar esta medida a los poseedores de vehículos con motor diésel, parece que será a través de impuestos, y es que ya se han aplicado subidas al precio del combustible diésel. Aunque no es posible bajo el esquema actual tributario grabar la compra de vehículos diésel, ya que el impuesto de matriculación está vinculado al CO2 que es inferior en un motor diésel.