El número de personas que eligen no tener lavadora en su casa y optar por los servicios de lavandería ha crecido. Desde Lavatur, como profesionales del sector, creen que no es más que el fruto de la evolución de la sociedad, donde se busca economizar y la practicidad por encima de otros factores.
Los tiempos cambian
Hace ya tiempo que el negocio de las lavanderías de autoservicio ha crecido exponencialmente en nuestro país. Es un hecho que multitud de barrios los tienen y las franquicias siguen subiendo. Esto nos demuestra que se están produciendo cambios en nuestras costumbres.
Hasta no hace mucho, era bastante usual contar con una lavadora en el hogar, lavar nuestra ropa en privado y secarla fuera de las miradas de extraños. La entrada con fuerza de la cultura anglosajona ha hecho que poco a poco esto vaya cambiando. Los negocios de lavandería han ido prosperando y eso es porque tienen público, el cual no le da importancia al hecho de lavar la ropa en un sitio abierto al público.
En este sentido, los negocios son variados y por lo general abren todos los días en unos horarios bastante amplios, por lo que los usuarios pueden acceder a las máquinas de lavar y secar cuando les interese más.
No hay que olvidar que las capacidades de las lavadoras hacen posible que los lavados de las prendas grandes que no pueden entrar en las lavadoras domésticas y que hasta no hace mucho las llevábamos a las lavanderías ahora se puedan llevar a estos sitios de lavadoras de autoservicio.
Ventajas más importantes.
Todos estos negocios marchan bien porque realmente tienen una serie de ventajas que han hecho posible que salgan bien y funcionen en multitud de ciudades y poblaciones. Se puede ahorrar bastante en lo monetario y también en cuanto a tiempo. Es algo comprobado que podemos llegar con toda la ropa de la semana y en una hora puedes llevártela limpia y seca.
La satisfacción de los usuarios en estos centros suele ser muy elevada. Al final es un servicio de lo más interesante y donde la atención al cliente se realiza en el momento, aunque en las tiendas como tal no acostumbra a haber personal. Algunos de los problemas pueden ser atendidos inmediatamente y otros se arreglan a distancia. Cuando no es posible, lo normal es devolver la cantidad que haya gastado el usuario. Los empresas saben que es fundamental que el cliente quede contento.
Uno de los principios más importantes en las empresas que se dedican a este negocio es que antes de que se acepte una franquicia, es preciso hacer un estudio de mercado. En el caso de que veamos que no va a poder funcionar, no se abre. Las empresas buscan cuidar adecuadamente la propia imagen de la empresa y no perjudicar a nadie.
Al igual que sucede en otros sectores, es evidente que solo van a sobrevivir los mejores. Se abren multitud de lavanderías de autoservicio, pero siempre es importante que el servicio que se dé sea bueno, de lo contrario lo que ocurrirá es que muchas van a ir cerrando.
Conocer a la clientela también es otro principio importante. Se hacen por ello multitud de encuestas a los clientes de este tipo de lavanderías de autoservicio. De las denominadas de autosatisfacción.
Una manera buena para que se conozcan los puntos en los que es posible mejorar. Normalmente lo que ocurre es que los clientes acostumbran a llegar para lavar las prendas grandes, tanto por si se estropea la lavadora como por consejo. Lo que ocurre por lo general es que los clientes terminan por repetir y vienen con la totalidad de la ropa.
Quedar satisfechos
Al final esto es lo más importante, si los usuarios quedan contentos con el servicio realizado, es normal que opten por él y para ellos sea algo normal y ya cotidiano. Hay personas que acuden una vez a la semana, otras dos, etc. Todo depende de cada caso, como es normal.
Hay personas que incluso aunque tengan lavadora en su casa, optan por la lavandería para sus piezas gran tamaño. Lo único que hay que tener es un especial cuidado para que la clase de lavado sea la necesaria para la ropa. Es de mayor practicidad si lo comparamos con la tintorería, aunque está claro que es posible que en algunas piezas o prendas se quiera que el cuidado lo haga un profesional en cuestión.
Las sociedades van mutando y es imposible parar este tipo de cosas, por lo que lo mejor es verlo como un progreso del que salimos ganando todos.