Hacer deporte no es algo que entusiasme a muchos, pero, aun así, todos sabemos que es necesario para gozar de buena salud y quitarnos un montón de estrés de encima. Afortunadamente, existen muchas maneras diferentes para practicar esta actividad, y muchos ejercicios diferentes, y lo mejor es que podemos escoger el que mejor se adapte a nosotros para no obligarnos a hacer algo que no nos guste ni un poquito.
Asimismo, también existen opciones diferentes a la hora de realizar ejercicio: podemos practicarlo en solitario, en pareja, en grupo, en casa, en el parque, y en el gimnasio. De hecho, ésta última opción es la más común, ya que en dicho centro las personas disponen de todo el material y espacio disponible para practicarlo, además de disponer también de personal cualificado y clases diferentes entre las cuales podemos elegir.
Sin embargo, a pesar de que los gimnasios sean una de las mejores opciones para practicar ejercicio, no son plato de buen gusto para un gran número de personas; como en todas partes, en los gimnasios también surgen problemas, y muchos de ellos son tan pesados que acaban provocando rechazo en muchas personas. Aun así ¡todo tiene solución! Y por eso en este artículo hemos reunido tanto los problemas más comunes que suelen surgir en estos centros, como sus respectivas soluciones.
¡No te lo pierdas!
¿Qué problemas podemos tener en un gimnasio?
Como hemos mencionado, el deporte se puede practicar de muchas maneras, y a pesar de que es elección nuestra ir o no a un gimnasio para hacer deporte, lo cierto es que en estos centros se puede practicar deporte mucho mejor (sobre todo si somos principiantes o si necesitamos la orientación de un monitor por problemas médicos).
Para no evitar el gimnasio a toda costa, es necesario cubrir esos problemas que tanto nos preocupan. Eso sí, si ningún problema parece solucionarse te recomendamos que cambies de gimnasio, ya que algunos son un verdadero desastre y no se merecen que estés gastando tu dinero en ellos.
Entonces ¿Qué problemas comunes pueden surgir y cuáles son las soluciones?
- No queremos socializar.
Puede parecer algo ilógico el hecho de pensar que no queremos socializar yendo a un lugar lleno de gente, pero lo cierto es que son muchas las personas que buscan fervientemente estar solas durante este proceso.
Lo primero que podemos recomendarte al respecto, es que intentes acudir a horas en las que haya poca gente, las cuales suelen ser por la tarde noche, o muy temprano. Lo segundo, es que no te metas en clases donde hay grupos, ya que este tipo de clases tiene un orientador pendiente a todos los alumnos, y a veces incluso puede pedir que se hagan grupos o parejas para realizar algunas posturas o ejercicios. En lugar de ello, intenta hacer otro tipo de ejercicios como natación, pesas, cinta de correr, etc.
No te aseguramos que te libres al 100% de socializar, pero si sigues estos consejos conseguirás un poco más de intimidad. Asimismo, otro hábito que puedes seguir es escuchar música; las personas que buscan soledad suelen escuchar música durante su entrenamiento para no distraer su mente.
- No encontramos la clase adecuada.
Los gimnasios suelen ofrecer una variedad de clases de ejercicio, pero a veces puede ser difícil encontrar una que se adapte a tus necesidades y preferencias específicas.
Si el problema es que no tienen la clase que buscas, te recomendamos que hables con los dueños del gimnasio y les propongas alguna clase nueva; muchos de estos profesionales están abiertos a las solicitudes de sus clientes y las tienen en cuenta ¡no pierdes nada!
Si, por lo contrario, el problema es que no sabes bien qué clase es la adecuada para ti, acude a los monitores de gimnasio o a los entrenadores personales. Ellos podrán orientarte bien en tu proceso.
- Nos quedamos sin plazas para hacer una actividad.
Es común que las clases y actividades en el gimnasio tengan un límite de participantes debido al espacio disponible o a la capacidad de atención del instructor. Esto puede provocar que te quedes sin plaza si no reservas con suficiente antelación, y en algunos casos, la reserva implica llamar o acudir presencialmente al gimnasio ¡cosa que puede volverse muy pesada!
Para solucionar este tipo de problemas, podemos proponer a los dueños del gimnasio aplicar soluciones como una app de reservas y de gestión del espacio, como bien recomiendan los profesionales de GestiGym. De esta forma, podremos reservar desde nuestro propio móvil en cualquier momento.
- Nunca hay suficientes productos de higiene para la ducha.
En momentos en los que hay mucha gente, es posible que los gimnasios no dispongan de suficientes artículos de higiene personal en los vestuarios, lo que puede resultar muy incómodo a la hora de ducharnos.
La mayoría de las situaciones nos advierten de no usar las duchas de los gimnasios y esperar a llegar a casa por cuestiones de higiene, pero es cierto que en muchas ocasiones es mejor ducharnos y quitarnos el sudor a irnos a casa recién acabados los ejercicios, ya que podemos coger frío en el camino y enfermar.
Ante estos casos, la mejor decisión que podemos tomar es llevar con nosotros nuestros propios productos de higiene (toallas, champús, geles de baño, zapatillas, etc.). Aun así, si el problema persiste mucho tiempo, es mejor comunicarlo a las personas encargadas de reponer los suministros del baño para que puedan estar al tanto.
Al fin y al cabo, también estas pagando por esos servicios ¡no lo olvides!
- Los casilleros no son de fiar.
Los problemas con los casilleros o las taquillas, como el mal funcionamiento de las cerraduras o el robo de nuestras cosas, suele ser algo que preocupa a la mayoría de las personas. Para evitar esto, lleva siempre candados extra con combinación para guardar tus cosas, aunque las guardes también en una taquilla.
De hecho, muchas personas instalan incluso sensores de alarma con sus pertenencias para que les avisen si alguien toca sus cosas sin su consentimiento. Igualmente, este problema debe ser solucionado inmediatamente por los dueños del gimnasio, así que notifícaselo sin miedo.
Si la cosa sigue yendo mal, te recomendamos ir a otro gimnasio. Sintiéndolo mucho por ellos, es la mejor opción; los clientes no pueden estar todo el rato asustado por el miedo a que les roben sus cosas ¡no tendría sentido!