La dentadura es un ente vivo. Es decir, un aparato que está en continua evolución y modificación. Nunca a lo largo de nuestra vida tenemos los dientes iguales. El paso del tiempo, nuestros hábitos de higiene dental y nuestra alimentación van haciendo que la apariencia de la dentadura vaya cambiando. Vamos a responder algunas curiosas preguntas: ¿A qué edad tenemos los dientes más bonitos? ¿Es posible prorrogar esta situación en el tiempo? ¿Podemos recuperar la juventud de nuestros dientes?
Que el ser humano va cambiando de aspecto a lo largo de su vida es una evidencia. Por mucho que digamos que la arruga es bella, nunca vamos a tener el mismo aspecto a los 60 años que cuando teníamos 20. Debemos aceptar la realidad y sentirnos cómodos en nuestro cuerpo, pero no podemos obviar el paso del tiempo. Es ley de vida.
Este cambio estético también se aprecia en la dentadura. Quizás nos cueste más entenderlo. A lo largo de nuestra vida vemos como se nos caen los dientes cuando somos niños o como tenemos que empezar a empastarnos algunas muelas con solo 30 años.
La belleza en los dientes es un reflejo de la salud dental. Puede haber determinados factores genéticos que influyan en que los dientes los tengamos de tal o cual manera, o problemas en la irrupción en la dentadura definitiva que provoquen una desalineación dental, algo que podremos corregir con un tratamiento de ortodoncia. Pero, a grandes rasgos, la belleza de nuestra dentadura es un efecto visible de su estado de salud.
Las odontólogas de Clínica Sante, una clínica dental del barrio de Chamberí (Madrid), con más de 20 años de experiencia, nos indican que el mejor instrumento para preservar la belleza de nuestra dentadura es la visita al dentista cada 6 meses. Y por supuesto, adoptar una actitud preventiva. Reduciendo el consumo de ciertos alimentos como los que tienen un alto contenido en azúcar. Belleza y salud, en el caso de los dientes, están íntimamente relacionados.
Dicho esto, contestemos a la pregunta que ha motivado este artículo: ¿A qué edad se ven más bonitos nuestros dientes?
La edad en que tenemos los dientes más bonitos.
Muchos odontólogos coinciden en señalar que entre los 12 y los 25 años de edad es cuando tenemos la dentadura más bella.
En este periodo, la dentadura definitiva está recién configurada. Tenemos los dientes más blancos y uniformes. El esmalte dental apenas ha sufrido agresiones y no se aprecia un desgaste considerable.
Coincide en que es la edad en la que se suelen aplicar la mayor parte de los tratamientos de ortodoncia. Esos antiestéticos aparatos de brackets que afean nuestra sonrisa. Gracias a estos tratamientos podemos corregir problemas de encaje u oclusión que se han desarrollado a lo largo del recambio dental o que ya se anunciaban antes.
Es la edad más adecuada para efectuar estos tratamientos. Los huesos alveolares, los cimientos de los dientes, están más tiernos y es más fácil mover las piezas dentales a la posición deseada.
Entre los 26 y los 30 años tenemos un periodo de estabilidad estética. La apariencia de nuestra dentadura se conserva en gran medida. Esto no quiere decir que por no mantener buenos hábitos de higiene dental no empiecen a actuar enfermedades como la caries.
A partir de los 30 años pueden apreciarse algunos signos de envejecimiento dental, como la aparición de incipientes manchas en los dientes, que se pueden corregir con facilidad con tratamientos de estética dental.
Después de los 40 años aparece un periodo crítico en lo que se refiere a la estética de nuestra dentadura. Después de la cuarta década de vida, el desgaste de los dientes es más que perceptible. Podemos sentir que se agranda el espacio interdental y que aparecen decoloraciones en el esmalte.
Comienza la decadencia de la dentadura. Un proceso progresivo que nos va a acompañar hasta la muerte.
Bien es cierto que la degeneración dental se puede ralentizar con un buen seguimiento sanitario, y que algunos efectos del deterioro dental se pueden corregir con tratamientos estéticos. Pero nuestros dientes nunca recuperarán la fortaleza que tenían en la adolescencia y eso se va a reflejar de una manera u otra en la apariencia.
A qué edad tenemos los dientes más sanos.
La página web de difusión sobre temas de salud Nemours Kids Health opina que la edad en la que tenemos los dientes más fuertes y sanos es entre los 12 y 13 años.
Literalmente, estrenamos dentadura. A los 12 años se suele culminar el recambio dental. Los llamados dientes de leche, dientes provisionales, se han visto sustituidos por la dentadura definitiva.
Una joven puede darle un mordisco a una manzana y acto seguido comentar con una compañera cómo le ha ido el examen que acaba de hacer en el instituto. Esta acción, tan simple, nos puede resultar complicada a edades más avanzadas.
Curiosamente, los dientes que antes se desgastan son los incisivos. Los dientes que tenemos en la parte delantera y que nos sirven para morder y trocear los alimentos. El desgaste comienza a percibirse entre los 20 y 30 años. Un cepillado agresivo o el consumo de alimentos ácidos pueden redondear estas piezas dentales y erosionar el esmalte. Enfermedades como el bruxismo, el rechinado involuntario de dientes, afecta especialmente a estas piezas dentales.
Los caninos se comienzan a desgastar entre los 30 y 40 años. Los humanos, por el tipo de alimentación que tomamos, no es que usemos demasiado estos dientes. Su función original es la de desgarrar la carne y están más desarrollados en los animales carnívoros. Sin embargo, su posición intermedia, entre los incisivos y los premolares, los hacen vulnerables.
Entre los 40 y 50 años se suelen desgastar los premolares. Su participación en la masticación de los alimentos y su ubicación algo escondida, que facilita la acción devastadora de la placa bacteriana, hacen que sean objeto de fuertes agresiones. La restauración de estas piezas dentales por medio de empastes crea puntos débiles en los dientes y superficies irregulares que inciden en su deterioro.
Aunque parezca extraño, las piezas dentales más resistentes son las muelas. Su lugar escondido dentro de la boca hace que su empleo sea menos frecuente. Las muelas se desgastan por la acción continua del masticado; por la atrición, desgaste natural de roce de los dientes; y por la erosión ácida generada por el reflujo gástrico.
La aparición de fisuras en el esmalte y caries no tratadas hacen que las muelas vayan perdiendo estructura y sufran daños significativos después de los 50 años.
Los molares y premolares son los dientes más resistentes, pero también es cierto que suelen sufrir un daño más severo cuando se percibe el desgaste.
El antiaging dental.
La revista Hola señala que cada vez hay más profesionales que hablan del antiaging dental. Es decir, de tratamientos que buscan devolver la juventud a nuestra dentadura.
La doctora Patricia Palma Maldonado opina que unas encías envejecidas y unos dientes amarillentos o decolorados pueden restar juventud a nuestro rostro.
En su opinión, hay tres aspectos que influyen en el envejecimiento de la sonrisa: el color, la alineación y la estructura.
El color de los dientes tiene un efecto directo sobre la apariencia de la sonrisa. No es que esté de moda tener los dientes extra-blancos. Un esmalte dental con manchas o decoloraciones ensombrece nuestro rostro y da una imagen de envejecimiento.
La alineación de la dentadura es otro factor que envejece el aspecto general de la cara. Una mala oclusión puede dar la imagen de un cierto desencaje en la mandíbula. Algo que no es real, pero que suele ser un efecto de la edad.
Por otro lado, debemos tener en cuenta la estructura. Y en este punto, prestar atención a las encías. Una parte de nuestra boca que, con frecuencia, dejamos en un segundo plano. Unas encías traslúcidas o apagadas hacen un flaco favor a nuestra sonrisa. El deterioro de las encías obedece a problemas de salud de fondo. Como puede ser un riego sanguíneo insuficiente o la presencia de enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis).
Nuestros hábitos y estilos de vida influyen en acelerar o retrasar los signos de la edad en la dentadura. Fumar y beber alcohol potencia la decoloración de los dientes. Nuestra dieta también va a afectar a la salud y estética de la dentadura. El consumo de alimentos azucarados daña el esmalte dental. Beber con frecuencia bebidas azucaradas con gas va redondeando y reduciendo el tamaño de los dientes.
El estrés es otro aspecto de la vida moderna que daña la apariencia de la dentadura. La doctora Maldonado opina que entre otras cosas, el estrés puede provocar la irrupción del bruxismo.
Existen múltiples tratamientos de antiaging dental. Podríamos decir que casi todos los tratamientos de estética dental rejuvenecen, a un nivel, nuestra sonrisa. Desde el blanqueamiento dental, uno de los tratamientos más demandados en las clínicas dentales, hasta la colocación de carillas, con las que se pueden corregir gran parte de imperfecciones.
Lo importante en este tema es entender que la salud de nuestros dientes influye en su apariencia juvenil.