Mantener una sonrisa perfecta es una gran preocupación para muchas personas. Por ello tratamos de extremar al máximo nuestra higiene. Sin embargo, en muchas ocasiones. Aunque seamos consecuentes con nuestra limpieza y cepillemos nuestros dientes todos los días, puede que no estemos utilizando un cepillo de dientes adecuado.
No todos los cepillos dentales iguales y si por ejemplo estamos utilizando un modelo que tiene las cerdas demasiado duras, quizás estamos dañando nuestras encías y nuestro esmalte. Los dentistas de la clínica dental García Lorente nos dan una serie de consejos para que la elección de nuestro cepillo de dientes sea lo más acertada posible y cubramos al máximo nuestras necesidades.
No mantener una adecuada higiene bucondental y consumir de ciertos productos pueden provocar que nuestros dientes modifiquen su color. Existen diferentes tipos de manchas dentales que podemos clasificar como manchas intrínsecas o endógenas y manchas extrínsecas o exógenas.
Tipos de manchas dentales
En el grupo de las manchas intrínsecas o endógenas se encuentran aquellas que afectan a los dientes en su fase de formación, antes de que erupcionen en la cavidad oral, provocadas por la utilización de determinados medicamentos como tetraciclinas, por hipoplasias de esmalte, deficiencia vitamínica o fluorosis.
De igual manera se incluyen en este grupo las manchas que aparecen tras la erupción dental, producidas por golpes, fracturas o debido al paso del tiempo por envejecimiento de los dientes, que adquiere una tonalidad más oscura.
Las manchas extrínsecas o exógenas se producen por el contacto de los dientes con agentes pigmentadores. Los podemos encontrar en algunos alimentos, bebidas como el vino, el té y el café, y otros productos, como el tabaco. Estas manchas también pueden producirse tras el uso prolongado de determinados colutorios orales y pastas dentífricas que contengan Clorhexidina.
Tips para elegir el mejor cepillo de dientes
A la hora de elegir nuestro cepillo de dientes es importante que prestemos atención a diferentes aspectos como pueden ser el tamaño del cabeza, la dureza de las cerdas, los materiales de los que están hechos los filamentos, el tipo de agarre o el mango.
Tamaño: Es recomendable escoger un cepillo que se adapte al tamaño de tu boca para que puedas tener acceso y llegar bien a todas las piezas dentales. Generalmente se recomienda un cepillo de cabezal pequeño, que posibilita limpiar mejor en las zonas posteriores y de difícil acceso. También hay que tener en cuenta la edad del paciente. Para los más pequeños existen cepillos especiales (manuales y eléctricos), que además pueden estimular su imaginación y convertir el momento del cepillado en un rato agradable y divertido.
Dureza: La recomendación general es elegir un cepillo dental de dureza media, ya que eliminan la placa y restos de comida sin causar daños en el esmalte, y sobre todo las encías. Sin embargo, hay situaciones en las que estos cepillos pueden producir molestias. Si por ejemplo sufres hipersensibilidad dental, gingivitis o periodontitis, puede ser más inteligente elegir un cepillo suave de manera temporal hasta que estos problemas se solucionen.
Para personas que han sido sometidas a tratamientos quirúrgicos se recomienda elegir el uso de cepillos ultrasuave o quirúrgicos, pero sólo en la zona tratada. El resto de piezas dentales deberán ser cepillados con el cepillo que se emplea habitualmente.
Mango: En el mercado encontraremos cepillos dentales con diferentes tipos de mango. Hay cepillos con mangos flexibles muy fáciles de manejar, que llegan con más facilidad a cualquier área de la boca. También existen cepillos con mangos antideslizantes que nos permiten controlar los movimientos y evitar que se resbalen.
Filamentos: Los filamentos de los cepillos dentales pueden estar fabricados con diferentes materiales. El nylon es de los mejores materiales. Las puntas tienen que ser redondas y suaves para no causar daños en el esmalte dental y las encías. Hay cepillos con los filamentos más inclinados para poder acceder a todos los recovecos. Algo que nos indica que el cepillo de dientes está en malas condiciones es el estado de las cerdas. Si están deformadas, hay que cambiarlas. Generalmente, la vida media de un cepillo es de 3 meses.
Acuérdate de renovar tu cepillo de dientes: los cepillos de dientes no duran para siempre. Es por eso que debemos tener en cuenta que cada cierto tiempo debemos desecharlos y adquirir uno nuevo.