Muchas cosas han cambiado durante las últimas décadas en todos los sentidos. No cabe la menor duda de que la tecnología es una de ellas, y una de las más importantes, además. Pero no vamos a referirnos a ella durante este artículo. Lo que vamos a comentaos tiene que ver más con la conciencia de las personas que con la llegada de nuevas máquinas y procesos. Conciencias que ahora sí que parecen tener en cuenta la lucha en pos de la conservación del medio ambiente, un medio ambiente que está más en entredicho que nunca.
Nos encontramos, en lo que a medio ambiente se refiere, en una situación que es completamente límite. El daño que le hemos causado a la Tierra ya es, en cierto modo, irreversible. Y lo único que podemos hacer es minimizar unos efectos que ya hemos empezado a notar con la llegada del cambio climático. Uno de los aspectos que más daño ha hecho a nuestro entorno ha sido el consumo tan exagerado de plástico que hemos hecho los seres humanos. Un consumo que, si no cambiamos, nos va a jugar una mala pasada más pronto que tarde.
Una noticia que fue publicada en el portal web del diario La Vanguardia informaba de que, en nuestro país, todavía se utilizaban 180 bolsas de plástico por habitante y año. Ese es un dato demoledor y que explica a la perfección cómo hemos llegado hasta este punto. Ese consumo es el principal responsable de muchos de los males a los que se ha tenido que enfrentar la sociedad en los tiempos que corren. Aunque, por fortuna y como os comentábamos al principio, muchos son los cambios de conciencia que se han producido durante todos estos años en lo que tiene que ver con el consumo tan alto de plástico que caracteriza a la sociedad española.
De todos modos, y tal y como apunta una noticia del diario ABC, España llega tarde a la lucha contra el plástico. Es cierto que podemos hacer que ese consumo se reduzca y que la situación mejore al menos un pelín. Pero las consecuencias de ese consumo tan grande son ya prácticamente irreversibles. Ya no hay excusas de ningún tipo para no reciclar y para no reutilizar. Y es que es el momento de apostar por ello para evitar males mayores. Nuestra Tierra nos lo pide y somos nosotros y nosotras quienes tenemos que responder.
La lucha contra el excesivo uso y consumo de plástico es una realidad en los tiempos que corren y es algo que tenemos que promulgar desde cada uno de nosotros hasta cada una de las empresas que conforman nuestra sociedad, pasando por el brazo legislador y regulador del sector público. Afortunadamente, estamos viendo cómo en los últimos años hay cada vez una mayor conciencia al respecto desde cada uno de estos 3 ámbitos. Hemos charlado con los profesionales de Bioplásticos Alhambra y nos han comentado que prácticamente la totalidad de sus clientes han decidido apostar por el plástico reutilizable a la hora de adquirir sus bolsas. No cabe duda de que este es un avance de lo más importante y que esa actitud es la que necesitamos.
Una necesidad global
Hablábamos de cómo han cambiado las cosas en España en lo que tiene que ver con la conciencia de la gente, pero es evidente que este es un tema que debe ser tratado desde un punto de vista global. De nada sirve lo que podamos hacer en España si luego en China no contribuyen como se debiera a este cambio. Y viceversa. La cuestión climática y del medio ambiente es algo en lo que todos los y las habitantes de este planeta somos interdependientes y en lo que ninguno de nosotros ni nosotras debemos fallar.
Es realmente importante que, ante todo, seamos capaces de explicarles a las generaciones venideras el porqué de esta lucha. Solo consiguiendo esto ya habremos dado un paso de gigante. Tenemos que acostumbrar a los niños y niñas a que adopten una serie de rutinas y hábitos desde que son muy jóvenes. De esa manera, nunca se les olvidará y nunca dejarán de lado un asunto tan necesario y tan imprescindible como el que tiene que ver con el consumo tan excesivo de plástico que venimos protagonizando.
Esa sería, sin ninguna duda, la mejor inversión a largo plazo que podemos hacer para salvaguardar a nuestra sociedad de todos esos males a los que se va a enfrentar más pronto que tarde. Desde luego, ya hemos dado ese primer paso que demandábamos hace tiempo, que no era otro que el de hacer conciencia. Ahora toca dar ese segundo paso, que es todavía más complicado: actuar. Actuar para que nuestra Tierra siga viva. Para que nuestros niños y niñas puedan vivir en un mundo mejor cuando nosotros y nosotras no estemos.