Socializarse es una tarea que todos debemos afrontar en algún momento de nuestra vida. De hecho, se trata de algo a lo que todos nos encontramos expuestos todos los días de nuestra vida. En cualquier momento puede darse el caso de que conozcamos a un nuevo grupo de gente que, por motivos personales o laborales, vaya a ser importante para nosotros de cara al futuro. Ser capaces de causarles una buena impresión es algo fundamental pero es un asunto que no le resulta fácil a todo el mundo.
El hecho de socializarse es muy diferente para dos personas distintas. Ese proceso es algo personal, que cada uno afronta de un modo completamente diferente al de aquel que tiene al lado y que, en función de nuestra personalidad y la de las personas con las que queremos socializarnos, es también de una manera o de otra. No hay una regla escrita que nos vaya a valer para causar una buena impresión a cualquier grupo. Es algo que depende de las circunstancias y que nada tiene que ver con hábitos o rutinas.
Los psicólogos, los sociólogos o los antropólogos han estudiado durante muchos siglos cuáles son las mejores formas para que el ser humano tenga mayores posibilidades de ser el protagonista de una buena socialización. Aunque, como hemos dicho, no hay ninguna regla que se cumpla al 100%, lo cierto es que sí que podemos conseguir pistas. Y esas listas nos dicen que un elemento como el deporte es un medio ideal de conseguir que el ser humano se socialice con sus iguales con gran éxito.
La página web de ACNUR destacó en un artículo que el deporte era uno de los principales medios para conseguir una correcta integración de los refugiados, haciendo especial hincapié en los de la República Centroafricana y en los de la República Democrática del Congo. El deporte ha sido uno de los medios más utilizados para esta labor en un lugar como Europa y, aunque siempre se puede mejorar, la verdad es que los resultados han sido bastante satisfactorios en general.
Otro artículo, en este caso uno publicado en la sección de Deporte y Salud de la revista a Hola, aconsejaba a sus lectores beneficiarse de los beneficios sociales que se derivan de la práctica deportiva. Y es que esta clase de actividad no sólo permite conocer gente y mejorar el estado físico de una persona, sino que también hace posible que mucha gente se libere del estrés que es habitual durante su día a día y que al mismo tiempo se deshaga de todos sus malos humos y mejore su estado de ánimo.
El deporte es la mejor manera para conectar a la gente y conseguir que esas personas establezcan vínculos que las hagan afines unas a otras. Es un medio ideal para unir culturas y tender puentes entre civilizaciones aunque no tengan nada que ver las unas con las otras. Una entidad como Marian’s Sport ha realizado un estudio en el que demuestra que buena parte de las personas que se marchan a vivir a otros países y comienzan a realizar una práctica deportiva acompañadas de gente se socializan mucho más rápido y establecen amistades mucho más fuertes y bonitas.
Válido para cualquier tipo de deporte
La verdad es que el tipo de deporte que se practique es prácticamente indiferente en este caso. Suele decirse que en deportes que engloban a mucha gente, como por ejemplo el fútbol o el rugby, suelen hacer de las amistades algo mucho más fuerte. Sin embargo, en deportes de equipo como el fútbol sala o el baloncesto, en el que solo participan cinco jugadores por equipo a la vez, o en deportes individuales, la posibilidad de hacer un montón de amistades es asimismo posible.
El deporte es uno de los valores más potentes para fomentar la cohesión social y para hacer posible una convivencia sana y libre de todo tipo de racismos y fascismos entre las naciones y las personas. Han sido muchas las personas y mucho el esfuerzo que se ha tenido que dedicar para que esto fuera posible y el fruto que se ha obtenido de todo ese trabajo ha sido enorme y muy beneficioso para nuestra sociedad. Cuidar de ese trabajo y hacerlo cada día más potente es una obligación de todos nosotros.