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La creciente importancia de los momentos de diversión

Aunque en los medios de comunicación aseguran por activa y por pasiva que España ha superado con creces todas las consecuencias derivada de la crisis económica que se ha vivido en nuestro territorio desde hace diez años, lo cierto es que la realidad para la gente de la calle no es así. La sociedad, la calidad del empleo y la remuneración de este nada tienen que ver con lo que teníamos en nuestro país hace una década.

La sociedad, en general, muestra un estado de ánimo más triste que el que se vivía allá por el año 2008. Y es algo lógico y perfectamente entendible. Muchas personas han sufrido mucho durante este periodo de tiempo. Pero ahora es tiempo de cambiar el chip y de comenzar de nuevo a demostrar la alegría que se desprende del carácter natural de los españoles. Es hora de recobrar la esperanza aunque todavía no hayamos recuperado la calidad de vida que nos corresponde.

Una manera de hacerlo es divertirse cuando no nos encontremos en nuestro puesto de trabajo. Es cierto que trabajar, con las condiciones laborales que se han establecido en España y que hacen tan fácil el despido, es sinónimo de estar sometido a una presión casi asfixiante. La mejor manera de olvidarse de eso una vez que estamos fuera de nuestro horario laboral es disfrutar de nuestro tiempo libre. Y la diversión es la mejor amiga para llevar eso a efecto.

Un artículo publicado por el portal web Crecimiento y Bienestar Emocional destacaba la importancia que ejerce un elemento como la diversión en un momento como en el que vivimos. Para ello, utiliza una célebre frase de Franklin D. Roosevelt, uno de los presidentes más ilustres de los Estados Unidos en toda su historia. La cita dice lo siguiente: “La alegría es la piedra filosofal que todo lo convierte en oro”. Y no le faltó un ápice de razón.

El mismo artículo indica, al mismo tiempo, que la risa, uno de los productos de la diversión, tiene una serie de ventajas que hacen de ella un elemento completamente imprescindible para la gente:

  • En primera instancia, mejora la respiración y la circulación.
  • Fortalece el sistema inmunológico de las personas.
  • Libera endorfinas que contribuyen a hacer más pequeño el dolor o incluso a eliminarlo, contribuyendo al bienestar general.
  • Reduce la tensión, la ansiedad, el estrés.
  • Mejora las relaciones humanas.
  • Nos permite tener una predisposición positiva hacia la vida.
  • De cara a la resolución de problemas, nos da una clarividencia que otros factores no nos puede dar.
  • Finalmente, favorece nuestra autoestima.

Disfrazarse, una oportunidad para disfrutar y vivir nuestro ocio

Un artículo del portal web Crecer Feliz hacía referencia al por qué del gusto de la gente, y en especial de los niños pequeños, por disfrazarse.

  • En primera instancia, estimula su creatividad.
  • Beneficia la observación y la imitación, algo que en materia de aprendizaje es un factor elemental.
  • Prepara a los más pequeños para la vida adulta.

Sin embargo, no sólo los más pequeños se disfrazan para disfrazarse y disfrutar de sus momentos de ocio. Los mayores también lo hacen y, en su caso, lo hacen porque lo necesitan para evadirse de todos esos momentos de estrés y de rutina que sufren durante sus horas de trabajo. Y, además, la tendencia es que cada vez sean más los adultos que se disfracen para hacer inolvidables sus momentos libres, según han destacado recientemente los profesionales de La Casa de los Disfraces.

No hace falta que sea Carnaval, o que sea Halloween, para comprar un disfraz y hacer de una noche inolvidable. Sea cual sea el motivo de celebración, un disfraz nunca sobra porque contribuye a hacer más felices a las personas y a hacer imborrables sus buenos recuerdos. Y eso, la verdad, es que es del todo impagable.

Lo mejor de todo es que tiene pinta de que los disfraces jamás van a pasar de moda, al menos en lo referido a la sociedad española. Suponen un comodín de primera calidad para darle a cualquier evento ese plus de diversión que nunca sobra y que siempre hace de ese día algo más especial que si simplemente hubiésemos quedado a tomar algo por ahí.