La radiación infrarroja, o radiación IR es un tipo de radiación electromagnética (denominada de manera específica «radiación térmica»), de mayor longitud de onda que la luz visible, pero menor que la de las microondas. Consecuentemente, tiene menor frecuencia que la luz visible y mayor que las microondas. Su rango de longitudes de onda va desde unos 0,7 hasta los 1000 micrómetros.1 La radiación infrarroja es emitida por cualquier cuerpo cuya temperatura sea mayor que 0 Kelvin, es decir, −273,15 grados Celsius (cero absoluto). Aunque no lo creas, está presente en un montón de cosas, pero la gran pregunta que queremos hoy desvelar es si son dañinos o no.
Historia
Primero hagamos un poco de historia. Los infrarrojos fueron descubiertos en 1800 por William Herschel, un astrónomo inglés de origen alemán. Herschel colocó un termómetro de mercurio en el espectro obtenido por un prisma de cristal con el fin de medir el calor emitido por cada color. Descubrió que el calor era más fuerte al lado del rojo del espectro y observó que allí no había luz. Esta es la primera experiencia que muestra que el calor puede transmitirse por una forma invisible de luz. Herschel denominó a esta radiación «rayos calóricos», denominación bastante popular a lo largo del siglo XIX que, finalmente, fue dando paso al más moderno de radiación infrarroja.
Dónde están presentes
Los infrarrojos se utilizan en los equipos de visión nocturna cuando la cantidad de luz visible es insuficiente para ver los objetos. La radiación se recibe y después se refleja en una pantalla. Los objetos más calientes se convierten en los más luminosos.
Un uso muy común es el que hacen los mandos a distancia (ó telecomandos) que generalmente utilizan los infrarrojos en vez de ondas de radio ya que no interfieren con otras señales como las señales de televisión. Los infrarrojos también se utilizan para comunicar a corta distancia los ordenadores con sus periféricos. Los aparatos que utilizan este tipo de comunicación cumplen generalmente un estándar publicado por Infrared Data Association.
La luz utilizada en las fibras ópticas es generalmente de infrarrojos. Empresas como Ibertronix se dedican a este sector y nos desvelan las múltiples funciones que pueden tener estos rayos. Ellos disponen de una completa gama de productos: medidor y sensor de humedad por infrarrojos, pirómetros para hornos, pirómetros ópticos, pirómetros fijos, pirómetros portátiles, de contacto…-, cámaras termográficas fijas, cámaras termográficas lineales, cámaras termográficas portátiles…-, cámaras termográficas para interior de hornos y sistemas de termografía -detección de incendios, incineradoras…
Beneficios
En la actualidad existen múltiples opciones para acabar con dolores a nivel muscular, mala circulación o infecciones en la piel, y en este post os vamos a hablar de un método que actúa a todos estos niveles de forma muy eficaz: la luz infrarroja. Esta es precisamente el tipo de luz que irradian las lámparas de infrarrojos y entraría dentro del ámbito de la termoterapia, un conocido método de tratamiento de dolencias y enfermedades a través de la aplicación de calor.
Tener unas arterias obstruidas hace que el flujo de sangre se relantice en todo nuestro cuerpo. Cuando nos exponemos al calor infrarrojo, estas toxinas son neutralizadas
El calor infrarrojo hace que el aire no se seque, por lo que la humedad en la piel permanece. Esto ayuda a calmar el eccema. También se a utilizado para tratar diversas enfermedades cutánea como psoriasis, abscesos, sofocos, golpes, el acné, hemorragias, pálida o grisura, erupciones, inflamación, entre otras que nos ayudan a disminuir el proceso de envejecimiento.
El tratamiento del calor infrarrojo nos ayuda a aumentar el ritmo de nuestro metabolismo, lo que nos ayudará a quemar calorías. Por ejemplo, el uso del infrarrojo lejano en una sauna hace que horas después de haber realizado la sesión de sauna completa nuestro metabolismo mantiene un ritmo elevado.
Salud
Con todo esto puedes comprobar cómo los rayos infrarrojos no son dañinos para la salud, ahora bien, como todo en la vida, si son mal utilizados o se abusa de ellos, pues claro que lo pueden ser. La radiación infrarroja representa el 40% de las radiaciones que recibimos del sol. La mayor parte se denomina infrarroja A (IR-A) y penetra en la piel hasta una profundidad de 10 milímetros. Alcanza las capas más profundas causando pérdida de firmeza y elasticidad y acelerando el envejecimiento cutáneo.