Cada vez vemos más tejados cubiertos de paneles brillantes que captan la luz del sol. Las placas solares están por todas partes: en casas, en empresas, en el campo e incluso en farolas. Pero, aunque las vemos a diario, y lo tenemos muy normalizado, lo cierto es que muchas personas aún se plantean la siguiente pregunta: ¿Cómo funcionan realmente?
En este artículo te explico de forma sencilla cómo trabajan estas placas, qué tipos hay, qué ventajas tienen y por qué son una apuesta inteligente si queremos un futuro más sostenible (¡y ahorrar en la factura de la luz!).
¿Qué son las placas solares?
Las placas solares, también llamadas paneles solares, son dispositivos que capturan la energía del sol y la transforman en otro tipo de energía que podamos usar en casa o en la empresa. Según el tipo de placa, esa energía puede ser electricidad o calor, y nosotros nos vamos a centrar sobre todo en las placas solares fotovoltaicas, que son las que generan electricidad.
La base de todo está en un fenómeno físico llamado efecto fotovoltaico. Suena técnico, pero la idea es simple: cuando la luz del sol incide sobre ciertos materiales, como el silicio, estos liberan electrones. Ese movimiento de electrones genera una corriente eléctrica que se puede canalizar y utilizar como fuente de energía.
Según la información proveniente de Elemar Ingenieros, las placas solares están hechas con células fotovoltaicas, la mayoría de silicio, que a su vez están diseñadas precisamente para aprovechar este efecto. Cada célula genera una pequeña cantidad de electricidad, pero al conectar muchas de ellas en serie dentro de un panel, se consigue una cantidad suficiente como para alimentar una vivienda o incluso una industria.
Componentes principales de un sistema fotovoltaico.
Aunque solemos decir “las placas solares”, lo cierto es que un sistema fotovoltaico completo tiene varios elementos importantes que trabajan juntos (además de las propias placas):
- Placas solares (paneles fotovoltaicos): son las que captan la luz del sol y generan electricidad en corriente continua.
- Inversor: convierte la electricidad generada en corriente continua en corriente alterna, que es la que usamos en casa para enchufes, electrodomésticos, etc.
- Baterías (opcionales): almacenan la energía sobrante para poder usarla más tarde, por ejemplo, por la noche o en días nublados.
- Estructura de soporte: sujeta los paneles en el tejado o en el suelo, orientándolos hacia el sol para aprovechar al máximo la radiación.
- Contador bidireccional: mide tanto la energía que consumes como la que generas. Si produces más de la que usas, puedes verterla a la red.
Tipos de placas solares.
No todas las placas solares son iguales. Existen varios tipos, cada uno con sus características y aplicaciones:
- Placas fotovoltaicas (para electricidad).
Son las más comunes. Dentro de este grupo hay tres grandes tipos:
- Monocristalinas: tienen una mayor eficiencia (aprovechan mejor la luz), pero suelen ser más caras. Son las mejores si tienes poco espacio.
- Policristalinas: algo menos prácticas, pero más asequibles. Funcionan bien en climas templados.
- Amorfas o de capa fina: más baratas, pero también menos prácticas. Se usan en superficies muy grandes o flexibles.
- Placas solares térmicas (para agua caliente).
Estas no generan electricidad, sino que usan el calor del sol para calentar agua. Se utilizan mucho en viviendas para duchas o calefacción por suelo radiante.
- Placas híbridas.
Son una combinación de las dos anteriores. Generan electricidad y también calientan agua. No son tan comunes, pero cada vez se ven más.
¿Qué influye en el rendimiento de las placas solares?
No basta con poner un panel en el tejado y listo. Para que funcione bien hay varios factores a tener en cuenta:
- Orientación e inclinación: en nuestro país, lo mejor es orientar los paneles al sur y con una inclinación de unos 30-35º (aunque puede cambiar según su ubicación).
- Sombras: las sombras de árboles, edificios o chimeneas pueden reducir muchísimo la producción.
- Temperatura: aunque parezca raro, los paneles solares rinden mejor con luz solar, pero sin calor extremo.
- Mantenimiento: aunque necesitan poco, es importante mantenerlos limpios de polvo, hojas o excrementos de pájaros.
¿Cuánta electricidad puede generar una instalación solar?
Depende del número de placas, de la zona en la que vivas y del consumo que tengas. En una zona soleada como Andalucía, por ejemplo, una instalación de 3 kW puede generar entre 4.500 y 5.000 kWh al año, lo que cubre gran parte del consumo de una vivienda media.
Además, si no consumes toda la energía generada, puedes verter el excedente a la red eléctrica y recibir una compensación económica en la factura.
Ventajas de usar placas solares.
Instalar placas solares tiene muchísimos beneficios, tanto económicos como ambientales, y algunos de los más importantes son:
- Ahorro en la factura de la luz: puedes reducir tus gastos mensuales de forma considerable.
- Independencia energética: producir tu propia electricidad te protege de las subidas del precio de la energía.
- Energía limpia y renovable: no contamina ni emite gases de efecto invernadero.
- Revalorización del inmueble: una casa con autoconsumo tiene más valor en el mercado.
- Subvenciones y ayudas: contamos con ayudas estatales, autonómicas y municipales para fomentar la instalación de placas.
¿Cuánto cuesta instalar placas solares?
Los precios han bajado muchísimo en los últimos años, y eso ha hecho que muchas familias y empresas se animen a dar el paso. Hoy en día, una instalación doméstica puede costar entre 4.000 y 8.000 €, dependiendo del tamaño, si incluye baterías y otros factores. Además, si sumamos las subvenciones disponibles, el retorno de la inversión puede estar entre 5 y 8 años, y a partir de ahí todo lo que se genera es ahorro puro.
¿Y si no tengo tejado? Te comentamos otras formas de beneficiarte.
No todo el mundo vive en una casa unifamiliar con tejado propio, pero eso no significa que no puedas aprovechar la energía solar:
- Autoconsumo compartido: en bloques de pisos ya es posible hacer instalaciones comunitarias.
- Tejados compartidos: empresas que “alquilan” el tejado de una nave y reparten la energía generada entre varios usuarios.
- Comunidades energéticas: proyectos colectivos en los que varias personas invierten en una planta solar y se reparten los beneficios.
¿Y qué pasa con la noche, o los días nublados?
Durante la noche, evidentemente, las placas no generan electricidad, lo mismo ocurre con los días muy nublados; sin embargo, sí que pueden producir algo de energía (menos, pero algo).
Para cubrir esas situaciones hay varias opciones:
- Tirar de la red eléctrica: si estás conectado, simplemente usas la energía habitual cuando no generas suficiente.
- Usar baterías: si tienes acumuladores, puedes guardar la energía sobrante del día para usarla por la noche.
- Sistemas híbridos: algunas viviendas combinan energía solar con otras fuentes, como aerotermia o gas natural, para tener siempre respaldo.
¿Qué mantenimiento necesitan las placas solares?
Una de las grandes ventajas de estas instalaciones es que requieren muy poco mantenimiento. Aun así, es recomendable:
- Limpiar los paneles unas 2 o 3 veces al año, o más si vives en zonas con mucho polvo o arena.
- Hacer una revisión técnica anual para asegurar que todo funciona correctamente.
- Revisar el inversor, que suele tener una vida útil de entre 10 y 15 años (las placas duran más: entre 25 y 30 años).
¿Qué pasa si vendo mi casa con placas solares?
Buena noticia: si vendes tu vivienda y ya tienes un sistema de autoconsumo, el nuevo propietario puede seguir beneficiándose sin problema. De hecho, tener una instalación solar aumenta el valor de la vivienda, algo que puede jugar a tu favor en la negociación.
¿Y qué dice la normativa?
En nuestro país, el autoconsumo con placas solares está completamente regulado desde el Real Decreto 244/2019, que eliminó antiguos obstáculos como el llamado “impuesto al sol”. Este decreto facilita que particulares, empresas y comunidades instalen sistemas fotovoltaicos, simplificando los trámites y legalizando tanto el autoconsumo individual como el colectivo.
Una de las novedades más atractivas es la compensación por excedentes: si generas más energía de la que consumes, puedes verterla a la red y recibir un descuento en tu factura. Además, en muchas comunidades autónomas y municipios se ofrecen bonificaciones fiscales, como reducciones en el IBI o el ICIO, así como acceso a subvenciones europeas.
Las instalaciones pequeñas tienen procedimientos muy ágiles, y en muchos casos basta con una declaración responsable. De este modo, la normativa actual no solo permite el autoconsumo, sino que lo incentiva activamente.
¡El futuro es solar!
La energía solar, y especialmente la fotovoltaica, ha dejado de ser una promesa de futuro para convertirse en una realidad presente. En un país como el nuestro, con tantas horas de sol al año, aprovechar esta fuente renovable no solo es lógico, también es una oportunidad económica y ambiental. El avance de la tecnología, el apoyo de las administraciones y la concienciación ciudadana están haciendo que cada vez más tejados brillen bajo el sol… y que nuestras facturas brillen un poco menos.