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Ventajas e inconvenientes de vivir en el área metropolitana de Barcelona.

Sant Andreu

Vivir en la Ciudad Condal es cada vez más duro. Uno de los problemas principales es el tema de la vivienda. Al alto precio de los pisos en venta y de los alquileres se les une el endurecimiento de las condiciones para acceder a ellos. Algunas personas optan por trasladarse a las ciudades limítrofes. Otros opinan que la situación no varía mucho. Te contamos las ventajas e inconvenientes de vivir en el área metropolitana de Barcelona.

El área metropolitana de Barcelona es un conjunto de 36 municipios que limitan unos con otros y que tienen su epicentro en la capital catalana. En total suman entre todos casi 3 millones y medio de habitantes. Muchos de sus núcleos urbanos son ciudades con bastante peso demográfico. Estamos hablando de L´Hospitalet del Llobregat y de Badalona, que tienen entre 200.000 y 300.000 habitantes y que son algunas de las ciudades más grandes de Cataluña. En concreto, L´Hospitalet es la segunda y Badalona es la cuarta.

Saliendo fuera de Barcelona ciudad, el precio de los alquileres baja un poco, pero no demasiado. Aun así, continúa siendo el destino preferido por los barceloneses que optan por liberarse de la presión de la capital. Así nos lo confirman los agentes de Vip House, una inmobiliaria de Badalona que se ha convertido en un referente en la venta de pisos en la zona. Nos dicen que el mercado inmobiliario de la ciudad está bastante activo, tanto es así, que algunas inmobiliarias pagan a los propietarios por poner su vivienda en venta o en alquiler. Reflejo de que los pisos se venden.

Estos son algunas ventajas e inconvenientes de vivir en las ciudades limítrofes a  Barcelona.

Ventajas.

Vivir en una ciudad del área metropolitana (Hospitalet, Badalona, Santa Coloma, Cornellá) es como vivir en un barrio de Barcelona, pero aún mejor. Son lugares que tienen una identidad muy marcada.

Son zonas bien comunicadas con el transporte público: metro, cercanías, ferrocarriles de la Generalitat, autobús urbano. Desde cualquier rincón, en unos 20 minutos, te plantas en  la Plaza Cataluña de Barcelona.

La web Loca Barcelona nos habla de los beneficios de vivir en la Ciudad Condal: Trabajo, transporte, ocio, vida cultural, clima, ambiente cosmopolita, etc. De todo ello te puedes beneficiar viviendo en cualquiera de estas ciudades colindantes.

Más aún, en estas localidades no sufres algunos de los problemas que están castigando Barcelona, como el turismo masificado. Moverte por las Ramblas, el barrio del Borne, La Sagrada Familia o visitar el parque Güell para los barceloneses es casi imposible. Está saturado de millones de turistas que lo transitan cada día. Esto no solo se traduce en que la zona esté colapsada por la multitud, sino que el precio de los productos es casi prohibitivo. Hoy, por tomarte un café con leche en una cafetería cercana a la Sagrada Familia te pueden pedir casi 3 €, parece como si estuvieras en Londres.

A esto hay que sumar la proliferación de los pisos turísticos. Un fenómeno que ha encarecido enormemente el precio de los alquileres en determinados barrios de Barcelona. Los propietarios prefieren alquilar sus viviendas a los turistas por días que hacerlo a los vecinos. Barrios emblemáticos como La Barceloneta han sido tomados literalmente por el turismo foráneo. Desnaturalizando la identidad del barrio.

Estos son problemas que no encuentras en las ciudades del área metropolitana. Aunque se trata de ciudades bulliciosas, con mucha vida comercial, se puede decir que vives un poco más tranquilo que en Barcelona.

Tienes los servicios de Barcelona y alguno más. Además de que con transporte público puedes acceder a la universidad, por poner un ejemplo, estas ciudades disponen de sus propios hospitales, servicios públicos de calidad y centros comerciales.

Además, tienen un patrimonio cultural propio. En Badalona tienes el Pabellón Olímpico, la cancha donde se ha fraguado toda la historia del Juventud, uno de los clubs de baloncesto más antiguos y populares de España. Dispones de la Calle del Mar, una zona comercial peatonal con sabor a pueblo que desemboca en el paseo marítimo, plagado de terrazas.

Vivir en Santa Coloma de Gramenet es casi como vivir en una ciudad andaluza. La cultura del sur se respira en sus calles. Y en Hospitalet, la Rambla Just Oliveras tiene tanta vida o más que cualquier calle principal de un barrio de Barcelona.

Inconvenientes.

El blog del portal Idealista señala que el principal inconveniente para vivir en Barcelona es el coste de la vida, ligeramente superior al de Madrid. Barcelona es una de las ciudades más caras de España y eso se deja ver en las ciudades colindantes. Vivir aquí con el salario mínimo interprofesional, 1.134 € al mes, es todo un desafío, aunque no es imposible.

El primer escollo lo encuentras en la cesta de la compra. En los productos básicos que necesitas para sobrevivir. El Periódico de Cataluña indica que hace cinco años, una persona adulta gastaba por mes en productos básicos unos 100 €. Hoy, esa persona en Barcelona gasta por encima de los 150 €, comprando lo mismo. Los precios de los básicos han subido un 50%. Ya no hablamos de si quieres darte un capricho como pasar todo el día fuera de casa o hacer una compra que se salga de lo normal. Esto sucede con una persona sola, imagínate una familia.

La carestía de la vida afecta igual a Barcelona, que a las ciudades de alrededor. No se aprecia ninguna diferencia significativa en cuanto al precio de los productos y servicios.

El otro problema de Barcelona es el precio de la vivienda. Alquilar un piso 85 metros cuadrados en Barcelona oscila entre los 1.120 € y los 1.660 € al mes. A esto hay que añadir que para acceder al inmueble necesitas pagar tres meses por adelantado, y que además de la nómina, algunos propietarios y agencias te piden un aval bancario o investigan tu solvencia, indagando si tu nombre aparece en algún registro de morosos.

La fiebre especulativa de Barcelona se ha extendido como una mancha de aceite por todo el área metropolitana. Los pisos son ligeramente más bajos y las condiciones pueden ser un poco más flexibles, pero la variación, en la mayoría de los casos, es casi inapreciable.

De todos modos, dedicándole mucho tiempo a buscar y armándote de paciencia, en el área metropolitana aún puedes encontrar pisos con unos precios asumibles que, hoy por hoy, es imposible hallar en Barcelona.

Mi experiencia: alejarse de Barcelona.

Por el problema de la vivienda, después de vivir 22 años en Barcelona ciudad, me tuve que trasladar a Manresa, a 57 kilómetros de distancia. Aunque Manresa es una ciudad mediana, no hay día que no me acuerde de Barcelona.

Tras divorciarme, empecé a compartir piso con amigos y posteriormente pasé a alquilar habitaciones. Mi actual pareja vivía en condiciones similares. Cuando decidimos irnos a vivir juntos, empezamos a buscar un piso en Barcelona y alrededores. Se nos hizo tan cuesta arriba, que optamos por poner tierra por medio.

Mi pareja al principio trabajaba en Barcelona. Trasladarse desde Manresa a Barcelona diariamente suponía una hora de viaje de ida y otra de vuelta en cercanías, teniendo en cuenta que la frecuencia de trenes no es la misma que tienes en el área metropolitana.

Aparte del estrés por no llegar tarde al trabajo, el día se lo pasaba entre los viajes y su actividad laboral. Casi nos veíamos menos que cuando vivíamos separados. Si un día le tocaba jornada partida tenía que comer en Barcelona. El precio del transporte era cuatro veces más que si viviéramos en una ciudad del área metropolitana, donde los bonos de transporte para Barcelona son válidos.

El dinero que nos ahorrábamos en el alquiler casi nos lo gastábamos en transporte y comer fuera. Por suerte yo teletrabajo y eso permitía contener el gasto familiar.

Al final, mi pareja buscó un trabajo en Manresa y dejó su antigua ocupación en Barcelona. Ella ganó en calidad de vida y la economía de la pareja se vio beneficiada. Vivimos más holgados, eso es cierto, pero la vida es diferente. No es tan rica en opciones y experiencias como si estuvieras cerca de Barcelona. A veces bromeo y le digo que es como si nos hubiéramos cambiado de provincia, como si nos hubiéramos ido a vivir a Soria.

Espero que no se lo tomen a mal mis nuevos vecinos de Manresa, pero es que son dos realidades diferentes. Y eso que Manresa presume de ser el “cor de Catalunya”. En Manresa no puedes ir a cenar a un japonés en condiciones. Si quieres conocer cocinas exóticas, por ejemplo comer en un restaurante hindú, es algo impensable. No puedes perder una tarde de domingo viendo qué exposición ponen en Cosmo Caixa. No digo que sea un sibarita, pero la vida es algo más que ir a la plaza del pueblo a tomarte unas bravas.

Si quieres alejarte un poco de Barcelona, pero no puedes o no quieres desconectar de ella, vivir en el área metropolitana es una opción a tener muy en cuenta.